Reseña: El enemigo común, de Andrés Granbosque

Título: El enemigo común

Autor: Andrés Granbosque

Editorial: Gato mojado

N° de páginas: 320

Diseño de portada: Carlos Valdivia

Publicación: noviembre de 2022

Enlace de compra: editorial

Conocí a Andrés Granbosque (de forma virtual) en 2020, gracias a la primera edición de la fantástica antología Orgullo Zombi, que él coordinaba y para la que tuve el honor de ser seleccionado. A partir de ahí, solo he podido leer algunos relatos suyos.

Hasta ahora.

El enemigo común es su primera novela publicada. Lo hizo a finales de 2022, de la mano de Gato mojado, una editorial joven, preocupada por la representación de minorías y comprometida con la crítica social, que ha estrenado su catálogo con esta magnífica obra. Tuve la suerte de poder asistir a la primera presentación que se realizó en Málaga, donde conseguí una bonita dedicatoria en mi ejemplar.

Pero vamos al turrón. ¿De qué va la novela? Pues nos encontramos ante una novela de ciencia ficción. Una distopía ambientada en un futuro no muy lejano. El propio autor la describe como una mezcla de realismo sucio, ciencia ficción, filosofía de andar por casa y mucha crítica social.

Veamos lo que nos cuenta la sinopsis:

«Casi todo lo que consideramos nuestra esencia, nuestra personalidad, está en el cerebro, así que si lo movemos a otro cuerpo lo imprescindible no se pierde, por eso sigo siendo yo, Dissam, aunque nadie me llame por ese nombre, aunque mi cuerpo original esté podrido y lleno de gusanos». Dissam trabaja para una empresa médica clandestina capaz de salvar cuerpos en estado de coma irreversible mediante trasplantes cerebrales. Su tarea consiste en entrenar los cuerpos para que sus destinatarios definitivos, los compradores, los reciban en perfecta forma física. La telaraña de ambigüedades, resquicios legales y falsas apariencias lo asfixian cuando recibe un encargo que se sale de lo habitual. La vida de Dissam ha estado marcada por la pobreza, el racismo y el desamparo sufrido en diferentes lugares del mundo como inmigrante ilegal. A través de sus propias palabras y su particular visión del mundo, nos cuenta su viaje de piel en piel y los hilos ocultos que mueven las relaciones humanas.

Solo con la premisa ya me explotó la cabeza. Me resultó original y estimulante. Me hizo pensar en inmortalidad, parece una fantástica manera de burlar a la muerte. Nada más lejos de la realidad que nos narra Dissam, el protagonista de esta historia.

Desde las primeras páginas podemos notar el tormento y el hastío en el que se ha convertido su existencia, a veces limitada a una cama de hospital, porque él está al otro lado. Él forma parte del juego, del sistema escabroso que supone el tráfico clandestino de órganos; de cuerpos enteros. Dissam no es un donante de cerebro, que paga una desorbitada cantidad de dinero para recibir un cuerpo nuevo, joven y atlético en el mejor de los casos, para comenzar una nueva vida. Él es el que entrena ese cuerpo, el que sufre los dolores, las operaciones, las dietas y las largas rehabilitaciones hasta que está listo para ser vendido. Cuando eso ocurre, el cerebro de Dissam es trasplantado a otro cuerpo para empezar el proceso de nuevo.

Mi plan A es conseguir el dinero suficiente que me permita algún día convertirme en donante y salir de este círculo. Teniendo en cuenta los flujos de entrada y salida de dinero, la devaluación, los intereses, los gastos previstos y los imprevistos, podría decirse que mis cuentas son como una piscina agujereada por un torpedo que pretende rellenarse con el agua de la lluvia. Un caos que no sé si resolveré en un ano o en una década.

El enemigo común, pág. 69

Nuestro protagonista no piensa en la inmortalidad. De hecho, su plan A es poder ahorrar lo suficiente para saltar al otro lado y convertirse en donante, entrar en un cuerpo sano y quedarse para siempre, para poder salir del círculo en el que se encuentra desde hace demasiados años. Pero el doctor Grange hijo, el hombre que está a cargo del proyecto ahora y una de las poquísimas personas que sabe de la existencia de Dissam y su cometido, siempre tiene a mano un nuevo cuerpo que preparar para él, y el último trabajo parece no llegar nunca, porque la sociedad en la que viven favorece este tipo de negocios. Dissam, que siempre ha vivido fuera de la sociedad y que nunca ha sentido legalmente seguro, ahora va saltando de un cuerpo a otro, dependiendo de la empresa del doctor Grange, de la que tiene que fiarse a ciegas.

Andrés Granbosque
Andrés Granbosque

Contada en primera persona, sin tapujos ni vueltas innecesarias, con un lenguaje sencillo y cómodo, como si hablara con amigo, como si se tratara de entradas cortas de un diario o notas escritas en cualquier papel, Granbosque consigue que conectemos con el protagonista y que nos identifiquemos con él, que experimentemos en nuestras carnes, mientras leemos, la miseria que él tiene que sufrir una y otra vez. Nos transporta a su mente y nos hace partícipes de sus pensamientos, sus reflexiones, sus dudas, sus miedos, su intenso odio, su rencor y, por supuesto, su deseo de venganza. Porque, al final, esta, tal y como explicó su autor en la presentación de la obra, es una historia de venganza. Aunque lo que realmente desea Dissam es olvidar, no tener ese conflicto rondando su cabeza, no tener esa necesidad de vengarse. Con todos estos ingredientes, la inmersión en la historia es casi automática. Al terminar un capítulo, yo siempre quería leer uno más.

Hacer daño a otros no repara el daño que esos otros han hecho antes, el dolor no es algo que se pueda compensar, como el agua fría y caliente, es algo que siempre suma

El enemigo común, pág. 287

El enemigo común es, sin lugar a dudas, una novela de ciencia ficción diferente, singular, que se aleja de lo que estamos acostumbrados; al menos yo, y eso es muy estimulante. Cuestiones como la racionalización de emociones o los conflictos de doble moral que se presentan en la obra van creando un poso que no nos deja tranquilos. No nos adoctrina, pero estimula nuestras entrañas y nos hace reflexionar largo rato después de cerrar el libro. Puede que sea ficción, pero se siente como algo muy real.

Esta es una historia a la que volveré y que os recomiendo muy fuerte.

Author: FranCastillo
Ingeniero Téc. Informático y Traductor. Escritor y cineasta.

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