

La primera vez que leí Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, hace muchos anos, lo disfruté mucho. Era fácil de leer y muy divertido. Entonces no podía imaginar el tremendo reto que podía suponer su traducción a inglés o a cualquier otro idioma. Ahora, he tenido la oportunidad de volverlo a leer, y lo he hecho con otros ojos, con otra perspectiva, y he encontrado muchos problemas que podría encontrarse un traductor a la hora de trabajar con esta obra. He podido echar un vistazo también a la versión inglesa, de Nick Caistor para poder comprobar como resuelve esos problemas un traductor profesional. Si os parece, os cuento algunos de esos problemas, a lo mejor no os habíais parado a pensar en ello y os resulta interesante o, al menos, curioso.
Lo primero que he aprendido leyendo la traducción de Nick Caistor es que un traductor no puede centrarse solo en una estrategia de traducción a la hora de traducir una novela. Tiene que tomar decisiones y cambiar de estrategia para conseguir transmitir las ideas del texto original al texto objetivo de la mejor forma posible.
Al principio de la historia, en la primera página, encontré algo que podría traer serios problemas en la traducción. Yo no soy muy fan de traducir los nombres propios en una novela, pero el autor habla de Marta Sánchez, una cantante que era bastante popular en España en 1991, cuando esta historia se publicó por primera vez. Por supuesto, en aquella época, en países como Reino Unido o Estados Unidos, seguramente, Marta Sánchez no fuera tan popular como en España, con lo que el lector medio de la lengua meta no entendería la referencia y no le pillaría la gracia al asunto, como podría hacer un lector español. El traductor decidió aplicar una estrategia de domesticación y eligió a Madonna como equivalente, que es bastante más conocida que Marta Sánchez, y no solo en países de habla inglesa. Esto podría haber añadido un punto internacional y grandilocuente, que el original no tiene, pero lo cierto es que esta decisión consigue transmitir el carácter del personaje de la historia original a otro personaje de carácter parecido en la lengua meta, consiguiendo así, que esa cantante desconocida para el lector meta se convierta en una cantante reconocible, con lo que no pierde ese detalle en la historia. Curiosamente, en este mismo primer capítulo, aparece otro nombre propio, en este caso quizá menos relevante para la historia, con lo que el traductor ha decidido adoptar una estrategia de extranjerización, dejando el nombre Lluc Puig y Roig tal cual en la versión inglesa.
La novela está llena de lenguaje coloquial y modismos, y no siempre usados de la forma más correcta, porque la historia está narrada desde el punto de vista de un alien que intenta imitar la forma de hablar de la gente que lo rodea, y no siempre entiende lo que realmente están diciendo. En el capítulo “Día 12”, encontramos la siguiente expresión:
Texto original: 9.00 “Llevo una hora haciendo sábado…”
Texto traducido: 9.00 “Cleaning for an hour now…”
Para traducir esta expresión, el traductor ha escogido una hiperónimo, que en lingüística, es un término general que puede ser utilizado para referirse a la realidad nombrada por un término más específico. Es decir, que como no había una expresión similar en la lengua de destino, ha decidido explicar de forma general lo que quiere decir, y lo ha hecho de forma que no se ha perdido información.
Otro ejemplo de hiperonimia podría ser el siguiente:
Texto original: 21.03 “…Corro a refugiarme en un tascorro.”
Texto traducido: 21.03 “… Run to a near-by bar for shelter.”
En este caso, se ha generalizado el término “tascorro” por “bar”, pero quizá hubiera estado mejor escoger la palabra “grogshop” como equivalente para “tascorro”.
Grogshop (Noun. Chiefly British): a usually low-class barroom (Merria-webster).
Tascorro (tasca): 1. f. Garito o casa de juego de mala fama (RAE).
No hubiera sido necesario utilizar una estrategia de hiperonimia sin compensación, cuando existe un equivalente en la lengua meta más o menos igual de específico que el término original. Al menos, esta ocasión, apenas hay pérdida de información en la traducción, pero hay otros ejemplos en los que el lector de la lengua meta no resulta tan afortunado, como en el siguiente ejemplo.
Texto original: 23.00 o 24.00 “… la guarrona que antes se ha sacado el parné del tetamen salta y…”
Texto traducido: 23.00 “… The old tart who earlier fished the dough out of her bristols leaps up and…”
Podemos ver que el traductor ha omitido el “o 24.00”, y no existe ningún tipo de compensación en el texto que justifique esa omisión, con lo que nos encontramos ante un caso de pérdida de información, ya que el lector meta no es consciente, así, de la falta de conciencia respecto al tiempo que tiene el alien.
En el capítulo “Día 16” encontramos otro ejemplo de pérdida de información en la traducción bastante interesante.
Texto original: 10.00 Regreso a Barcelona. Realmente, las chicas que van en el metro están más buenas que el pan. Estoy por dirigir la palabra a varias, pero me abstengo. No quiero que me tomen por un frescales.
Lo flipé cuando vi que el traductor se había saltado todo ese párrafo, entero. ¿Por qué? No parece ser muy difícil o tan irrelevante para la historia que no merezca la pena traducirlo. Esta es, quizás, la peor estrategia de traducción, pus conlleva una pérdida de información del texto original de un 100%. Puedo entender que el párrafo no anade mucha información a la historia, no es crucial, pero da una idea de la personalidad del personaje principal, matiz que se habrán perdido los lectores de habla inglesa.
El argot y los modismos no son fáciles de traducir, pero en este caso no sería imposible hacerlo. “Yummy”, que, según el Cambridge Dictionary, significa “tasting extremely good and sexually attractive”, podría ser una buena opción para la expresión “más buenas que el pan”. Respecto a “frescales”, la RAE lo define como “persona fresca, que no tiene empacho”, y el WordReference como “Persona descarada, desvergonzada”, con lo que, quizá “rascal” podría ser un buen equivalente.
Hablando de expresiones y modismos, encontré una muy curiosa en el capítulo “Día 16”.
Texto original: 7.00 “(…) El señor Joaquín me informa de que su esposa, también llamada la señora Mercedes, ha pasado la noche del loro y se ha ido temprano al dispensario.”
Esta expresión tiene toda la pinta de ser un modismo español, pero lo cierto es que a mí no me sonaba de nada, y es que no es un modismo español. Eduardo Mendoza, que es barcelonés, ha realizado un calco de la expresión catalana Passar la nit del lloro, que, según el Diccionari de sinònims de frases fetes, de M. Teresa Espinal, significa Passar la nit en blanc, passar la nit del lloro, no poder acuclar l’ull, fer la vetla, SV, no poder dormir, passar mala nit.
El traductor resolvió este problema con la frase “Mercedes has had a night and a half”. Utilizó una expresión inglesa para traducir una española, que es la mejor manera de traducir los modismo, cuando es posible, para poder transmitir las ideas de la historia tal y como las había pensado el autor y conseguir así la misma reacción en los lectores de la lengua meta, que en su momento tuvieron los lectores de la lengua origen.
El modismo inglés, según el The free Dictionary, segnifica “An informal intensifier used when something is more or worse than its normal state. This phrase is typically added after the noun it emphasizes, i.e. a problem and a half”. Con lo que creo que el traductor ha encontrado un buen equivalente.
Otro asunto curioso es la decisión del traductor de omitir los pronombres sujeto en la traducción de los informes que va exponiendo el alien, que sí aparecen en la versión original.
El inglés es un lenguaje que requiere normalmente de pronombres sujeto, mientras que en español no es necesario. El español es uno de los lenguajes denominados “pro-drop” (del inglés “pronoun dropping”), un lenguaje en el que se pueden omitir ciertas clases de pronombres cuando son deducibles. Este fenómeno de caída de pronombres también se le conoce como anáfora nula. Normalmente, el traductor tiene que buscar o deducir el pronombre para usarlo en la traducción, cuando en el original lo omite. Pero en este caso es al revés, el traductor omite deliberadamente los pronombres sujeto, lo que a simple vista puede parecer que esté en modo imperativo, pero lo cierto es que una buena decisión para hacer más creíble la narración, ya que son informes de un alien.
Definitivamente, Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, es una historia formidable, pero como otras muchas novelas, supone un gran reto para los traductores. En cualquier caso, os recomiendo su lectura, ya sea en versión original o la traducida por Nick Caistor. Seguro que lo van a disfrutar.