Tras un breve bloqueo lector en el que he estado algunas semanas sin coger un libro, he vuelto a la carga por todo lo alto. He tenido acceso a un volumen de Ruina y Putrefacción, de Jonathan Maberry, gracias a que la editorial Gran Travesia ha confiado en La Horda Podcast y nos ha cedido un ejemplar para su lectura y disfrute.
Yo he sido el afortunado lector.
Os la presento. Esta novela es la primera de una saga de cuatro volúmenes y ha ganado ella sola la friolera de 12 premios desde su primera publicación en inglés original en 2010 (título original: Rot and Ruin), entre ellos el prestigioso Bram Stoker Award en la modalidad de novela juvenil. Por cierto, el segunda y tercera entrega de esta saga también han sido premiadas con el Bram Stoker Award, ahí es nada.
Desde 2020 podemos disfrutar de la fantástica traducción al español de Alberto Chimal y Raquel Castro, de la mano de la ya mencionada editorial.
¿Qué nos vamos a encontrar en esta historia? Aquí tenemos la sinopsis:
En el mundo postapocalíptico infestado de zombis donde vive Benny Imura, todo adolescente debe encontrar trabajo al cumplir quince años o su ración de comida será reducida a la mitad. Benny no quiere ser aprendiz de cazador de zombis como su hermano mayor, Tom, pero no le queda otra opción. Cuando comienza a acompañar a Tom a la zona llamada “Ruina y Putrefacción”, habitada exclusivamente por zombis, piensa simplemente que tendrá que matar por dinero, sin embargo, él descubrirá allí algo mucho más importante que le enseñará lo que significa ser humano.
Acompaña a Benny y a sus amigos en un viaje más allá de la seguridad de su pueblo cercado para entrar en el mundo de los muertos. En el camino, deberán enfrentarse a un mal más grande que el de los infectados: la crueldad que corroe a los vivos.
¿Y aquel mito de que los zombis tienen miedo a algo? Es una estupidez. No pueden pensar ni sentir. Mucho menos temer. Lo rodearon. Antes de caer, el tipo debió haberle prendido a una docena de ellos. Pero la horda acabó con él.
La historia nos sitúa a unos catorce (trece y medio) de la “Primera Noche”, el momento en el que los muertos se levantaron y empezaron a crear el caos. En ese tiempo, los supervivientes se han organizado y se han establecido en pequeñas ciudades amuralladas (valladas, más bien) para protegerse del peligro, se han creado normas y puestos de trabajo acorde a la nueva forma de vida que les ha tocado vivir. Todo lo que queda fuera de las murallas de las ciudades es lo que la gente llama Ruina y Putrefacción, que es donde están los zombis. A esta zona solo salen profesionales, gente que se dedica a limpiar ciudades de zombis o cazarrecompensas, comerciales o transportistas. El resto permanece siempre dentro de la ciudad e intenta por todos los medios olvidar lo que hay fuera.
Una de esas nuevas normas es que todos los jóvenes deben empezar a trabajar como aprendices al cumplir quince años. Benny, nuestro protagonista, prueba algunos oficios con poco éxito junto con un amigo de su misma edad. Al final, se resigna a ser el aprendiz de cazarrecompensas con su hermano Tom, al que odia. No entiende cómo su hermano mayor puede tener ese oficio, cazador de zombis, cuando durante la Primera Noche huyó de su casa con él en brazos, en lugar de luchar para salvar a su madre. Cuando sale del pueblo y entra en Ruina y Putrefacción con su hermano se da cuenta de que nada es como había imaginado.
Me ha gustado la evolución del personaje principal. Podemos ver cómo va madurando capítulo a capítulo. A Tom Imura me lo imagino como ese típico personaje un poco oscuro de las historias manga que siempre está serio, que tiene un mundo interior muy profundo y unas habilidades físicas increíbles y desconocidas por los que lo rodean. Él es un cazarrecompensas, uno de esos cazadores de zombis profesionales que se dedica a eliminar (o aquietar, como dice él) zombis para dar consuelo a familiares que desean que su ser querido deje de deambular sin ton ni son, atacando a los seres vivos, y que descanse como se merece, para que ellos también puedan tener un cierre y llorar el luto con tranquilidad. Tom será el encargado de instruir al joven Benny en el negocio familiar.
El libro, aunque bastante grueso a primera vista, tiene una lectura rápida y adictiva gracias a sus capítulos cortos en los que el autor va desgranando poco a poco la realidad ante los incrédulos ojos de Benny Imura. Una historia con mucha acción (más que terror) en la que el señor Maberry utiliza a los zombis como telón de fondo para explorar la naturaleza y la crueldad humana.
A los zombis los mueve alguna enfermedad, pero en realidad no tienen mente, carecen de alma. Esos hombres tienen alma y mente y, a pesar de eso, hacen esas cosas. Y no una vez, sino muchas.
Sin duda, es un comienzo inmejorable para una saga de este tipo. Y por si esto fuera poco, debéis saber que la productora Alcon Entertainment (Blade Runner 2049 o Beautiful Creatures) ha adquirido los derechos cinematográficos de la saga y va a realizar una serie.
¿Qué más se puede pedir? Pienso pillarme la segunda parte.